Dígaselo con haikus

En estos días en los que internet y el móvil han aumentado considerablemente el intercambio de felicitaciones navideñas, noto que el afán por acumular buenas intenciones hace que a veces se nos vaya la mano en la formulación, y los mensajes se nos queden prolijos y confusos, cuando no retóricos, recargados o simplemente tópicos. A todos nos gusta decir algo nuevo, que nos haga quedar bien, sin perder de vista el objetivo principal, que es felicitar al amigo y desearle un año de bienes. Al recibirlos, lo más común es que nos fijemos sobre todo en el gesto. Que un conocido nos recuerde en fechas tan señaladas nos halaga tanto y nos despierta tanto afán de corresponder que apenas nos fijamos en lo que dice. Por eso el que toma la iniciativa nunca queda mal. Lo difícil es salir airoso en la respuesta.
Una de las alternativas más resultonas es recurrir al humor; por ejemplo desearle al otro que tenga la misma vida que un cepillo de dientes, recibiendo sonrisas, acumulando pasta, poseyendo un mango muy largo y esas cosas. Pero no todos estamos dotados para el humor y las buenas ideas proliferan tanto que a los cinco minutos de remitirlas regresan desactivadas desde el móvil de otro amigo diferente. Yo propongo una opción oriental: decírselo con haikus. Ya saben, esa estrofa japonesa de tres versos, que describen una situación aparentemente trivial, pero dejan abierta la ventana a la sugerencia. No nos pilla tan lejos como creemos. Ya uno de los mejores expertos del mundo, el sevillano Vicente Haya, dejó dicho que es más fácil disfrutar un haiku en una ciudad pequeña como Albacete, que en una ruidosa metrópoli como Kioto, aunque sea japonesa. Pero además contamos con un concurso internacional de haikus universal, envidia de todos los aficionados al género.
El día 15 de diciembre se falló la tercera edición y sólo las nieves repentinas retuvieron a entusiastas que querían venir a visitarnos desde lugares tan lejanos como La Coruña. De acuerdo que no siempre es fácil encontrar haikus que cumplan los tópicos de la época navideña, de nieve y pandereta y pastorcillos. Pero también es cierto que los haikus suelen contener ese toque de atención a la naturaleza que invita a detenerse a echar a nuestro alrededor ese vistazo que necesitábamos dar y no podíamos, con tanta agitación de trabajo y tanto lío. El concurso de haikus, que organiza con gran mérito la facultad de Derecho publica los mejores de la edición anterior en un libro delicioso. El recién aparecido se titula Perro sin dueño, por esta discreta maravilla de Félix Arce: “sólo caminar, / junto al perro sin dueño / entre las viñas”. Es mi mensaje navideño para ustedes.

4 comentarios:

  1. Feliz año Arturo, que el 2009 sea tan bueno para ti como este.

    Un abrazo.

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  2. Feliz año para ti también, Ricardo. Y para todo el que se acerque a echar un vistazo al blog. Arturo

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  3. Hola, Arturo, ya que hablas del perro, el amigo más fiel del hombre, yo te regalo mi haiku con más humor que chispa poética:

    "Pues no es el perro/
    el más fiel animal/
    sino la mosca".

    Feliz año :-)

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  4. Gracias, Jesús. No veo muchas últimamente, pero lo tendré en cuenta. Entre tanto, feliz año 2009.

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