Martín López-Vega: Egipcíaco

MARTÍN LÓPEZ-VEGA
Egipcíaco
Visor, Madrid, 2021

«Preguntarse ¿quién soy? / es como gritar: ¡Ciérrate, Sésamo!».

Egipcíaco es un libro caminado, como suelen serlo los poemarios de Martín López-Vega (Poe de Llanes, 1975): «si me abandonasen a ciegas / en cualquier ciudad de las que he estado, / sabría dónde me encuentro / respirando una bocanada de aire».  La voz del poeta desenreda el hilo de los versos, transmite lo que está viendo a su paso y lo mezcla con sus reflexiones, sus recuerdos, asociaciones que le surgen espontáneas. Ahora está sumergido en una crisis de identidad, la de la media edad: «lo que parece la felicidad a partir de los cuarenta: / no sentir dolores, no pensar demasiado, / abandonarse a ser sin más». Mira hacia atrás e intenta aferrarse a evocaciones que necesita recuperar: rinde homenaje a su abuela que le antecedió en la escritura de versos, añade un poema en su lengua vernácula... Pero estos esfuerzos no terminan de satisfacerle: «me cuesta tanto reconocerme / en las vidas pasadas; no es que parezca / que le hubieran pasado a otro, sino que fui / expulsado de ellas prematuramente, / sin tiempo de terminar lo que había comenzado / y me cuesta encontrar en todo un hilo». El poeta está luchando contra su desapego y necesita que la realidad le muerda: «La hermosura abunda, pero solo es belleza cuando duele». «La ausencia de pensamiento huele a bronceador» y el caminante busca percepciones que verdaderamente arañen: «anochece / como papel de lija contra el tronco de los árboles». Quizá sea todo un problema de amor, o quizá el amor sea un componente más del extravío: «porque, señor, los cuerpos se fusionan; / las almas solo quedan inconscientes / por el golpe / y cuando vuelven en sí / no reconocen el lugar en que despiertan / y piden angustiadas e iracundas / regresar a su órbita yerma y remota». De vez en cuando hay que escaparse fuera de la realidad, acercarse al museo de las vidas que no fueron, recibir la visita de la niña que no existe: «tal vez sea solo el padre imaginario / de una imaginaria niña huérfana. / Es tan complejo el universo / cuando se pone cuántico...»