Maria-Mercè Marçal: Diré tu cuerpo

MARIA-MERCÈ MARÇAL

Diré tu cuerpo
(traducción de Noelia Díaz Vicedo)
Ultramarinos, Barcelona, 2020

La hermana, la extranjera
(traduccón de Ana Martín Puigpelat y Meri Torras)
Polibea, Madrid, 2020

«Al azar agradezco tres dones: haber nacido mujer,
/ de clase baja y nación oprimida. /Y al turbio azur de ser tres veces rebelde».

Este verano se cumplirán 23 años de la muerte de María-Mercè Marçal (1952-1998) y de pronto su obra ha rebrotado con fuerza. Parte del mérito es de Jordi Cornudella que ha editado Llengua abolida, su poesía completa en (Labutxaca, 2017). Pero también por primera aparecen dos traducciones al castellano de otros tantos poemarios de los ocho que compuso esta mujer que fue catedrática de Literatura, traductora de poetas como Ajmátova, editora en Ediciones del Mall, política nacionalista catalana, feminista de referencia y en definitiva figura indiscutible del panorama cultural de Barcelona que le concedió su Medalla de Honor poco antes de que el cáncer se la llevase con 45 años. Precisamente uno de los libros traducidos, Diré tu cuerpo, recoge su poemario póstumo Rao del cos (Razón del cuerpo, 2000) donde volcó su experiencia con la enfermedad: «Que tu llanto trence con el mío la red / bajo mis pies vacilantes / en el trapecio / donde me contorsiono / cogida de la mano del espanto / de la sombra». La versión de Noelia Díaz Vicedo añade un libro anterior, Terra de Mai (Tierra de Nadie, 1982) un poemario de amor homosexual, escrito en sextinas, con imágenes apasionadas que recuerdan las del García Lorca de los Sonetos del amor oscuro: «Y, ya sin esperarte, te espero en la alta orilla / de la noche, ebria de estrellas, verde y menta / y de mi aliento cautiva». Curiosamente el otro volumen aparecido en castellano recoge estas mismas sextinas que Marçal dedicó a su compañera Mai Cobos Álvarez. En este caso la versión es de Ana Martín Puigpelat y Meri Torras. Son poemas luminosos, aunque presos del corsé de la sextina. Más libres son los versos de La hermana, la extranjera que Marçal dedicó a su hija Heura: «la luna quiere / anegarse / dentro del cubo / vencido por el lastre / de tu llanto...». Tan importantes comos los versos son unas reflexiones que Marçal compartió en entrevista con Eva Piquer en 1986, y que se recogen en Diré tu cuerpo.

 

 

 

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