ÁNGEL GUINDA Los deslumbramientos seguido de Recapitulaciones Olifante, Zaragoza, 2020 |
Rotundo siempre Ángel Guinda (Zaragoza, 1948). Martillea cada verso con
la contundencia de quien quiere grabarlo para la eternidad, igual que hizo
Quevedo con su amor más allá de la muerte, que influye en los versos citados.
Guinda añade signos de exclamación para insuflar aún más énfasis. Sin rebajar
ni un ápice esa intensidad característica, ha unido dos títulos en el mismo
volumen: Los deslumbramientos seguido de Recapitulaciones. En
ambos el gran tema, casi obsesivo, es el tiempo que corre desbocado. En la hora
de hacer balance, Guinda prefiere centrarse en el lado positivo: «Liaba el
cigarrillo / como enrollando su vida en una alfombra /(…) / Perdido el
horizonte, / perdidas ya las pérdidas, / cuanto aún le quedaba eran ganancias».
Versos muchas veces cargados de otras lecturas, en este caso de Gamoneda («Arden
las pérdidas»), aunque Guinda sea mucho más enérgico, menos contemplativo que
el poeta ovetense. Ángel Guinda es uno de esos escritores que deberían figurar entre
los referentes de la poesía española actual, como aseguran los autores de las
citas que ha recopilado Trinidad Ruiz Marcellán. Y seguro que hubiera estado
ahí, si el azar, las circunstancias o su lugar de residencia hubieran sido
otros. «Como la honradez, va de frente. / No necesita disfraz ni guardaespaldas»,
remacha Guinda. Tampoco es que sea este un libro redondo, como lo fue por
ejemplo Catedral de la noche (2015). Hay altibajos. Sin embargo contiene
poemas dignos de antología, como «Exilio» o como «Las casas». También poemas
que se quedan resonando después de leerlos, como «Los viajes». Y luego hay pasajes
candorosos, como este con perfume a Pessoa: «El amor es invención. / Se inventa
siempre lo amado y lo amado nos inventa. / Solo el dolor, en amor, / no es
invención». Y por supuesto está esa insistencia, ese martilleo marcándose a
fuego donde sea, incluso en el agua: «¡Si pudiéramos recomponer los escombros!
/ Pero lo aniquilado no se reconstruye. / Somos parte de la destrucción, /
ruina nosotros mismos».
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