Foto Ana Sotos
LEÓN MOLINAEsperando a los pájaros del sur. Poesía reunida (2004-2016) Siltolá Poesía, Sevilla, 2017 |
El cubano albaceteño León Molina Pantiga (1959) lleva años escribiendo en
busca de la coherencia.
Una aldea escondida en la Sierra del Segura, Yetas, le
ha prestado el soporte natural: sus pájaros, sus montañas, su silencio. Y desde
ahí ha ido hilvanando poemas, haikus y aforismos hasta tejer cuatro poemarios que
se le parecen mucho. La mirada de León, que es un poeta, pero sobre todo un
observador, es el hilo que ha servido para unirlos: «Observar a los pájaros /
me ha enseñado a observar el mundo». Ahora ha juntado esos libros en un solo
volumen, Esperando a los pájaros del sur.
Les ha quitado la hojarasca de dos poemarios anteriores, Señales en los puentes y Breviario
variable, que eran libros de formación, aunque contuvieran aciertos y anunciaran
desde los títulos que el autor estaba ya bien encaminado. La poesía de Molina tiende
al pequeño tamaño y a la amplitud de miras. Y seguir su trayectoria desde El son acordado hasta Un hombre sentado en una piedra permite
comprobar que, sin perder nunca de vista la diana, ha ido afinando la puntería,
creciendo como poeta al tiempo que crecía como aforista: «estoy contaminado de
paisaje». No importa que muchas veces parezca que apela a la simple pasión de
estar, su escritura está siempre impregnada de conciencia; de hecho añade a la
naturaleza la conciencia que le falta. Hay silencio, pero es un silencio más
interior que exterior: «Suena la lluvia. / Suena también el fuego. / Todo es
silencio». Y de esa soledad y de esa quietud es de donde brota todo: «Guárdate
/ de la palabra que no viene / del silencio». En los primeros libros, la fusión
con el entorno era absoluta. En los últimos, a medida que las flechas van
acumulándose cada vez más certeras, empiezan a desfilar ante la chimenea, en
las huellas de la nieve, la percepción de la edad y de la finitud de la vida, y
también las sombras del pasado: «ahora veo mi pasado / convertido en paisaje». A sus poemas emblemáticos, desde Vigor de la aurora hasta Vine de una isla, Molina añade un puñado
de inéditos entre los que destacan Las
estaciones y Lo perdido: «Y qué
de lo perdido. ¿No es acaso el sustento de lo hallado?».
Admiro a este poeta y me alegra que haya publicado su poesía reunida. Sus versos están impregnados de naturaleza y de la sabiduría de quien vive en armonía con el entorno. Me parece muy recomendable. Besos,
ResponderEliminarMe gusta mucho León Molina como poeta y como aforista.
ResponderEliminarSaludos,
Sandra.
Acabo de escuchar recitar y comentar al autor en la, radio. Me identifico mucho con el tono y el contenido. Los poemas son transparentes y bien pulidos, como las guijas al paso natural del agua y el tiempo.
ResponderEliminarCorrijo erratas de texto anterior, si tienen a bien publicar :
ResponderEliminar"Acabo de escuchar recitar y comentar al autor en la radio. Me identifico mucho con el tono y el contenido. Los poemas son transparentes y, como las guijas al paso natural del agua y el tiempo, bien pulidos."