Julián Montesinos, La vida en ámbar

JULIÁN MONTESINOS
La vida en ámbar
Pre-Textos, Valencia, 2020
«Cruza rauda el espacio azul una paloma / que se lleva en su vuelo mi existencia tranquila».
En este verso se resume el tono discreto, contemplador, del primer poemario publicado por Julián Montesinos (Alicante, 1963). Doctor en Filología Hispánica, salta a la vista que hay mucha escritura secreta acumulada que ha venido a desembocar en este bautizo de imprenta, avalado por la editorial Pre-Textos. Y muchas lecturas también, que han ido dando consistencia a su voz, y que se traslucen en las citas (Rosillo, Moreno, Colinas, Rosales…). Todos ellos marcados por la luz y el paisaje. Desde estos mimbres, el poeta coloca sus pájaros sobre la escena, les sopla para que remonten y vaya si lo hacen: «vengo a esta placita / para añadir un brillo cobrizo / a mi breve colección de instantes, / mientras unos gorriones se atreven a volar». Unos pájaros, un parque, la rutina, son los materiales poéticos de Montesinos que se afana en salvar con palabras un presente humilde y solitario: «Mientras apuro este tiempo en el parque / pasa la vida que merece ser recordada: / un hombre entre palmeras / disfrutando del olor de la tierra / un domingo de abril». A veces, inevitablemente, afloran recuerdos que es preciso tratar con la misma delicadeza: «atisbé a lo lejos el colegio / rodeado de pinos y jazmines / y fui subiendo absorto / como uno de esos trenes antiguos / que pisan su propia luz en las vías (…) / Y da vértigo asomarse al pasado, / aunque allí brille una luz muy pura». En determinados pasajes, los detalles se adelgazan y se simplifican hasta adquirir consistencia de haiku: «hasta este cuarto llega / el olor de la lluvia / que esparcen los gorriones / con sus alas mojadas». A otros poemas es probable que les hubiera venido bien una poda para ganar intensidad. Hablamos de un primer libro en el que seguro que se mezclan piezas que esperaban su oportunidad en el cajón junto con otras más recientes. En tanto ajusta las medidas, ya se disfruta lo que nos sirve Julián Montesinos: «A veces, cuando miro las estrellas, / descubro que nada puede medir / el alma de un hombre».

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