Ramón Bascuñana, El dueño del fracaso

RAMÓN BASCUÑANA
El dueño del fracaso
«Aceptas que mañana no será diferente, / aunque te asusta un poco / lo poco que te asusta esta rutina».
Ramón Bascuñana (Alicante, 1963) ha hecho de la escritura un escudo para la vida, que curiosamente absorbe y refleja los sinsabores del vivir, dejándolo otra vez limpio para empezar un nuevo día, como el espejo de Dorian Gray. Quizá por eso es un escritor prolífico que acumula más de docena y media de premios, casi todos ellos poemarios publicados. El dueño del fracasoobtuvo el Gerardo Diego en su edición de 2018. Ya desde el título, Bascuñana deja las cosas claras, sin dobleces. Está hablando de su vida y no le gusta: «El presente es ahora un lugar en precario». Unas veces en primera persona y otras dirigiéndose a un tú que es también él mismo, despliega bukowskianamente sus vivencias diarias. Al contrario que el norteamericano, se centra más en los infortunios que en otros lances: ahí está su día a día como una cárcel invisible: «Aceptas que mañana no será diferente, / aunque te asusta un poco / lo poco que te importa esta rutina». Ahí está, también, la lacerante soledad: «No acabo de perder esta costumbre de estar solo / y de sentirme solo…». Para cargar aún más las tintas, su fracaso tiene un componente genético, una predestinación contra la que no merece la pena debatirse: «Nos resulta imposible / cometer los errores no previstos, / pero resulta fácil y sencillo / acabar cometiendo los errores / que también cometieron nuestros padres». Y toda esta gravedad la asume desde la escritura, que sirve para empapar las desdichas, pero no para remontar: «Me resigno a ser canto, aunque nadie me escuche. / El ritmo sostenido de un orden de palabras / que me alza del suelo / y cuando me abandona me deja a la intemperie / como un espantapájaros grotesco / al borde del abismo». En fin, como el propio Bascuñana recalca: «Todo muy triste, triste» y sin embargo venturosamente útil para convertirlo en versos porque, como aclara y resume: «ser canto es mi manera de estar vivo».

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