Foto: Ricardo Solís / La Nueva España
JORDI DOCE (traductor y antólogo) Libro de los otros Trea, Gijón, 2018. 420 pág. 25€ |
«¿Aceptarás conmigo ese sendero / que existe solo
cuando lo pisamos?». El poeta Jordi Doce (Gijón, 1967) ha ido acumulando en su
blog Perros en la playa sus propias versiones
en castellano de poemas que ha ido leyendo en inglés.
A la hora de elegirlos,
se guiaba por el azar, por la curiosidad y sobre todo por el entusiasmo. «Lo
que me movía -y me sigue moviendo- era compartir con el lector interesado los
hitos que iba encontrando en el camino, esas revelaciones que justifican toda
lectura y nos obligan a hacer un alto». Ahora podemos disfrutar de su cosecha
en un libro, Libro de los otros
(Trea). Más de 90 poetas, ordenados alfabéticamente por apellidos, que contribuyen
con uno o varios poemas cada uno. Están desde Shakespeare y John Donne hasta
Ashbery o Burnside, pasando por Auden, Eliot o Hughes. El autor ha seguido su
gusto, y, aunque no lo diga expresamente, parece que ha intentado evitar los
caminos trillados. Además entre los antologados hay algunos poco conocidos,
incluso para el mismo Doce. Es el caso de Heather Buck, la autora de los dos
versos que encabezan este artículo. También ha traducido versiones inglesas de
poemas no escritos en esa lengua, como el renga que compuso Hiroshi Kawasaki en
un encuentro con Tomlison: «He oído hablar de mariposas que dejaban de respirar
/ mientras sorbían néctar, pegadas a la flor. / O contemplad a la cigarra:
desprovista de vida, apurados los cantos, / es izada por las hormigas, que unen
la vida con lo venidero / ¡Qué finales tan felices!». Lo verdaderamente
novedoso de la recopilación de Jordi Doce es que introduce cada poema con una
explicación particular, a su aire, sobre lo que vamos a leer, a la manera de
las notas de funda de los discos. El resultado es una colección de poemas
guiada por el gusto «más ecléctico que confuso», de un anglista que se declara
no profesional. Una hermosa rareza. Una pena que haya algún despiste en la
maquetación. También que no estén los originales, para cotejarlos con la
traducción, aunque esto podemos entenderlo porque el grosor del volumen hubiera
alcanzado dimensiones bíblicas.
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