ELIZABETH BISHOP Obra completa. 1 poesíaVaso Roto, Madrid, 2016 |
La dosis es importante en todas las cosas. La poesía requiere intensidad y
eso equivale a decir que necesita dosis ajustadas. Sin embargo, a veces también
nos apetece conocer a un poeta en toda su dimensión, hasta en los pequeños
detalles, hasta en los poemas que no llegó a publicar y que probablemente
hubiera preferido que desaparecieran.
Esta edición de Elizabeth Bishop
(1911-1979) es tan exhaustiva que incluye incluso fotografías de poemas que
todavía estaban en el taller, con sus correspondientes tachaduras y anotaciones
al margen. Está toda la Bishop, que es un mar entero de poemas, en todos los
sentidos, porque la poeta norteamericana-canadiense era muy descriptiva y
minuciosa y porque dedicó muchas de sus mejores piezas al mar, una constante en
su obra: «Abajo, el mar iridiscente quiere que yo caiga. / Duro como el
diamante, nos quiere destruir». Bishop ha sido protagonista reciente de la
novela Cuanto más te debo de Michael
Sledge (Vaso Roto), que recrea su relación amorosa en Brasil, durante
diecisiete años, con Lota de Macedo Soares. La novela es un buen complemento de
la poesía completa, porque recrea con sensibilidad una etapa tortuosa pero
inspiradora de la vida de Bishop, incide en sus problemas con el alcohol y en su
manera de trabajar los poemas, y explica la naturalidad
con la que vivió su homosexualidad. Jeannette L. Clariond, que ya preparó una
traducción colectiva de la escuela de Wallace Stevens, se ha centrado ahora en
Bishop, que estaba incluida, con la misma entrega y para la misma editorial. Podemos
así escudriñar en los papeles de la Bishop, en busca de versos y poemas que
renueven la imagen que teníamos de ella, que complementen los emblemáticos «La
aldea de los pescadores» o «Final de marzo», y otros que ya apreciábamos, como «Cootchie»
o «Insomnio». Inesperadamente, esto sí que es raro, brillan perlas en estos
inéditos: «El mundo puede convertirse en algo tan distinto / como cambia el
aire o llega un relámpago en un parpadeo, / cambia como cambian nuestros besos,
sin pensarlo». O en otro manuscrito: “Y la cascada parece aproximarse hacia un
/ clímax, pero en realidad nunca cambia».
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes expresar tu opinión sobre este artículo