Insigne y peligroso


No sé cuál de los dos fue más insigne, ni cuál más peligroso. En las Españas, sin duda, don Miguel de Unamuno. En nuestra pobre ciudad, José S. Serna. Ambos se encontraron en Albacete en la Feria de 1932. Serna invitó al vasco a que hiciera las veces de Mantenedor de los Juegos Florales que organizaba por entonces la Asociación de la Prensa. Se fue a buscarlo a Salamanca, en cuya Universidad ejercía el otro de rector, y lo acompañó en el viaje y durante el acto, que se celebró en el Teatro Circo. Por supuesto, el autor de San Manuel Bueno Mártir no traía escrito su discurso y tampoco parece que hubiera en los alrededores un taquígrafo, por lo que tenemos que conformarnos con lo que pudo rescatar años más tarde de sus recuerdos el amigo Sernón, que no le iba a la zaga en mala leche.

Parece que el respetable se llevó un chasco de campeonato, porque en medio de aquel patio de sillas donde lo pomposo y lo cutre se removían en precario artificio, Unamuno dio rienda suelta a su gracejo y tildó de poetisos a los poetas de juegos florales, que estarían escuchándole impacientes a la espera de conocer el nombre del ganador. Luego arremetió contra los concursos de belleza femenina, aunque intentó diferenciarlos del papel que en aquel momento jugaba la reina de la Feria. Se despachó a gusto hasta contra la bandera republicana, entonces vigente y cuyos colores aseguró que no se correspondían en ciertos matices (que Serna no aclara), con los genuinos de la tradición. Los organizadores se hacían cruces preguntándose a quién se le había ocurrido invitar a semejante individuo tan políticamente incorrecto (que diríamos ahora).

Y sin embargo, con los años, su visita nos enriquece. Pues como Unamuno lo escribía todo, absolutamente todo, encontramos sus propias observaciones en uno de sus artículos, que apareció en el diario El Sol de Madrid el 23 de septiembre de 1932 y que los curiosos pueden ahora consultar en el volumen Paisajes del alma (sección Castilla) publicado por la Revista de Occidente en 1965. Pueden consultarlo, si lo encuentran. Yo he tenido suerte. Había un ejemplar disponible en internet. Y es un gozo abanicarse con esas cinco páginas en las que Unamuno mezcla su visión, pretendidamente lírica (y en realidad altisonante) de la tierra manchega, con un par de fogonazos sobre Dos lugares, dos ciudades, que no son otros que Chinchilla y Albacete.

Dice que “Chinchilla se derrumba sin rumbo y más bien se vacía, se despuebla de almas”. Avanza por el penal, a sus pies las cuevas “enjalbegadas a la moruna” y en la plaza la efigie de Carlos III. Luego desata su ira contra “una pobre tenducha de los soportales, donde se vendían impresos y entre estos unos cuadernos o tomitos de una biblioteca llamada galante”, que ahora quizá preferiríamos llamar pornográfica, que le hace subir al cuello el más agrio regusto quevedesco: “no es el trágico abrazo del amor y la muerte, sino el más trágico aún de la rijosidad y la penuria”.

Señala de la nueva ciudad de Albacete, con cierto retintín, que “sus hijos (…) dicen, no sin cierto orgullo, que no tiene historia, queriendo decir que no tiene arqueología” (que no estuviera a la vista, no significa que no existiera entonces; ahora ya no). También cita La Feria, “que es, y merece serlo, el orgullo de Albacete”. Toca el Parque, “pinar espacioso y bien plantado, que alegra cielo, tierra, pecho y vista”. Y acaba dedicándole unas glosas al “suntuoso Instituto de segunda enseñanza, junto al fresco verdor del Parque, ahora que casi todo español aspira (…) a hacerse bachiller”. El instituto donde aún seguimos impartiendo las clases nuestras de cada día. Es como estar escuchando a dos abuelos contar sus batallitas y descubrir que las cosas han cambiado poco y mucho a la vez. Dos abuelos de armas tomar, cascarrabias insignes, peligrosos de un peligro que ahora nos parece inofensivo.

1 comentario:

  1. Hola, quería saludarte porque he estado ausente un tiempo. Cerré el blog porque no lo podía atender. Tal vez lo vuelva a abrir. Este año intentaré acercarme algún día (si puedo) a los recitales que organizas. Me alegro de que sigas actualizando las entradas del blog. Un saludo. Jesús Bernal.

    ResponderEliminar

Puedes expresar tu opinión sobre este artículo