José Mateos: La hora del lobo

JOSÉ MATEOS    
La hora del lobo
Pre-Textos, Valencia, 2022

«La enfermedad es como un agua negra, / y contra el sucio, / resbaladizo fondo de la muerte // ¿qué puede la canción del que va solo?».

José Mateos (Jerez, 1963) había ido estilizando sus poemas en sus últimos libros hasta conseguir que el sentimiento lo expresaran más los silencios que las propias palabras. Su poemario inmediatamente anterior, Primavera, año cero (Milenio, 2020), dedicaba muchos versos a la felicidad, ese raro abandono, esa falta de afán que a veces acontece cuando no se la espera y por eso conviene fijarla con palabras en el poema para que se comparta y se difunda. Había sin embargo en ese libro un hermoso poema titulado «Madre», en el que hablaba de la muerte: Al final «Todos / se van. “Todos nos vamos / más temprano o más tarde”, / nos decían las nubes / raudas y el ciprés recto / a cada instante. / Y cómo / le cuesta al alma ahora / aprender lo que sabe». Igual que si hubiera sido una premonición, uno de esos inquietantes vaticinios con los que se asociaba antiguamente a la poesía, Mateos ha atravesado en los últimos tiempos algunos trances liminares de salud. El lobo es el símbolo de la muerte a la que le ha visto las orejas: «Quemad mi nave y amarradme a ella. // Hoy salgo a un mar sin viento ni confines, / rumbo a ninguna orilla, porque ahora / ya no hay orillas. Todo, todo es agua». En poemas algo más explícitos de lo que acostumbra, avivando los hechos, el poeta ha conseguido escapar del trance y comparte las emociones de su lucha. «¿De dónde habré traído la canción / que ahora tiembla entre mis labios». Le habla al cuerpo, al grillo, a la conciencia, tantea en busca del misterio, recupera ecos de poemas chinos y de romances como el del «Enamorado y la muerte»: «Enciérrame en tus brazos / y después, amor mío, tira la llave. // Ella me anda buscando. / Cárcel de amor te pido / para salvarme». Poco a poco, Mateos vuelve a celebrar el canto de los pájaros, el frescor de la higuera y, muy especialmente, la amistad: «Junio, qué bien se está a tu sombra / rodeado de amigos / cuando todo es presente / y hasta es probable que morir no importe».

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