Mariluz Escribano Pueo: Cuando me vaya

MARILUZ ESCRIBANO PUEO
Cuando me vaya
Valparaíso, Granada, 2021

«Mi mano está escribiendo el color del recuerdo. / Perdona que te escriba mientras los otros duermen».

Granada y Andalucía entera están homenajeando este año a Mariluz Escribano Pueo (1935-2019), la niña que jugaba en la Huerta de San Vicente cuando la familia García Lorca había partido y su propia madre guardaba luto riguroso: «Mi padre es un silencio que mira como crezco». La guerra, la ausencia paterna, el exilio y el difícil regreso marcaron su biografía mientras afirmaban su carácter. Aquella niña se convirtió en catedrática y ejerció casi cuarenta años en la Facultad de Magisterio de Granada. Decía que el magisterio era un sacerdocio laico. Escribió en prensa, contribuyó a salvar algunos espacios míticos, como el cedro de San Juan de la Cruz. Sin embargo, su vertiente de poeta se va imponiendo más lentamente y gracias al desvelo de Remedios Sánchez, que incluyó en Umbrales de otoño (Hiperión, 2013) un estudio preliminar. Aquel libro obtuvo el premio de la Crítica Andaluza. «Ser andaluz tiene algo de mágico, de andar por el aire», decía Mariluz Escribano. La antología Cuando me vaya ayuda a subrayar el homenaje y a poner las cosas en su sitio. La poesía de Escribano apunta hacia el perdón y la concordia, y sin embargo es una poesía donde la memoria tiene un peso enorme. La memoria de su madre («desde el patio la llamo, / desesperadamente, / y sólo el mar responde, / es decir, sólo el viento, / quiero decir la brisa, / aquella que movía su pelo, levemente, / mientras la luz de otoño deshacía / la suave penumbra de los arces»). La memoria de García Lorca («Era un tiempo de canciones y trigo / con Federico ausente como un muerto»). Pero la poesía de Escribano es mucho más que memoria, cubre muchos otros frentes: el amor, el marco vegetal de Granada, su ciudad, el paso del tiempo... Sus emociones se condensan en símbolos: la libertad es un pájaro, la tristeza es lluvia: «a veces digo agua y estoy pensando en lluvia, / otras pronuncio pan y me acuerdo del trigo, / digo velero y voy navegando en las olas. / Cuando aspiro el silencio es tuyo mi suspiro».


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