José Antonio Fernández Sánchez, Todo es cielo

JOSÉ ANTONIO FERNÁNDEZ SÁNCHEZ
Todo el cielo
Poesía al Albur, Segovia, 2020

«Vendrá a buscarte entonces la quietud, / y en el sosiego de la noche cálida / te arrobarás en esta playa tuya, / al pie del mundo, / solo».

José Antonio Fernández Sánchez (Terrassa, 1963) es uno de esos poetas contempladores que caminan atentos a la naturaleza y de todo lo que ven y tocan sacan lección de vida. Este Todo es cielo es su tercer poemario desde que ganó el premio Alegría en 2017, y como en los anteriores, la luz es tan importante que va en el título, aunque en este caso no solo vaya la luz sino todo el ámbito completo de la luz, el cielo entero: «Y esa inicial mirada, / ¿qué contempla? / ¿Qué ve, si no es el cielo, todo el cielo?». Pero, aunque la luz tenga un papel importante, basta una flor, un nido, una hormiga, una mariposa, cualquier animal simple, cualquier materia donde se posen los ojos, para que se obre el prodigio. Fernández Sánchez es un poeta de los elementos y su proceso consiste en caminar, en detenerse siempre que haga falta, en observar y en hacerse preguntas. Fernández Sánchez camina mucho y se pregunta mucho: «¿Será que la belleza / se encuentra en el camino, / lo escrito es el destino / y andar es la certeza?». Demuestra una confianza absoluta en la creación, en que el hallazgo estará aguardándole en el siguiente recodo: «No dudes que está el sol siempre esperando. / Tan pendiente de ti. / Tan necesario ahora». Así, va y viene, aprendiendo de sí mismo y compartiendo su aprendizaje que, como se trata de poesía, no es tanto racional como sensorial. Cuando oye cantar al jilguero, en uno de los mejores poemas del libro, le pregunta: «¿Qué has querido decirme / con tu tímido gesto?». Cuando deja el pinar también se lleva un recuerdo casi etéreo: «En lo alto el sol, un pino / desprende su resina a borbotones / y algo de olor recojo y me lo guardo». Sin embargo este proceso del caminante observador necesita de la escritura para completarse. Son precisamente los poemas los que cristalizan estas observaciones, que se cumplen cuando se comparten: «Sucede que las sombras son más cálidas / y habitable el silencio cuando escribo».

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