PABLO GARCÍA CASADO La cámara te quiere Visor, Madrid, 2019. 82 pág. 12€ |
«Sabes lo que está pasando ahí dentro. Y
lo que pasará después, ella recogerá sus cosas y no volverás a verla. Nadie
hablará del asunto. Tú tampoco».
De Pablo García Casado (Córdoba, 1972),
recordamos aquel primer libro con el que casi gana el premio Nacional de
Poesía. Se llamaba Las afueras, y salió en 1997 en la desaparecida y
recordada editorial DVD. Recordamos en especial un poema que llevaba por título
una matrícula de coche “CO-2251-K”. Era un poema en el que dos jóvenes anónimos
se sentían observados por un tipo sospechoso mientras hacían el amor dentro del
coche: «será hijoputa? qué hago? que qué haces? / ponte las bragas y vístete yo
cojo las llaves / y arranco deprisa! no vayamos a salir// en este poema». En su
siguiente libro El mapa de América (DVD, 2001), Casado trasladó la
fórmula a ciertas atmósferas míticas estadounidenses, sin perder la
conversación a media res entre tipos anónimos, la habilidad para sugerir sin
desvelar los referentes, la ironía con la que suavizaba la crudeza. Los
personajes eran españoles perdidos en las carreteras del medio oeste americano:
«no sé qué decir / no digas nada compra también un mapa / un mapa de américa
nunca se sabe». En 2007 volvió con Dinero y en 2015 con García.
Ha tardado menos, cuatro años, en servirnos su nueva entrega, La cámara te
quiere. Ahora sus textos sugerentes giran en torno a intimidades del mundo
de la pornografía, sin llegar a revelarnos nada, como siempre. Cada vez con
mayor maestría, en una fórmula que domina a la perfección, logra situarnos con
cuatro frases coloquiales que reproducen una conversación entre hombres y
mujeres anónimos. Otra cosa es que podamos llamar poemas a estas piezas en
prosa que generan intriga. Microcuentos quizá sería más apropiado. Pero no
vamos a ponernos exquisitos: son literatura, son muy personales, se disfrutan,
dan que pensar, contienen la verdad de la vida ¿qué más queremos? «Hasta dónde
te puedes dejar hacer. En qué momento dices no, ni por todo el dinero. Cuál es
el límite del dolor y la obediencia. Eso nunca lo sabes. Nunca llegas a
saberlo.»
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