Javier Lorenzo Candel: Anábasis

JAVIER LORENZO CANDEL
Anábasis
Baile del sol, Tenerife, 2023

«Hay, / en todas esas cosas que son la destrucción, / una belleza vívida».

La Anábasis fue una expedición militar hacia el interior de Persia que acabó en derrota y en un complicado regreso. Jenofonte la vivió primero como mercenario y después como comandante y la contó 400 años antes de Cristo. Hace mucho menos, tan solo un siglo, que Saint John Perse retomó la idea para escribir un viaje poético al interior de sí mismo. Javier Lorenzo (Albacete, 1967) se ha inspirado especialmente en Perse para escribir un poemario que es una recapitulación tras una derrota vital: «Y ahora que llega el alba, me pregunto / ¿qué queda todavía, cuánto he perdido?». Se trata de hacer el recuento de lo que se abandonó en el campo de batalla de la vida, cuando uno ya está inmerso en el camino de regreso hacia un lugar que ya no será el mismo: el animal de furia que fuimos al principio, el adolescente que avanzaba convencido de un triunfo que todos los augurios le negaban, los sueños, los que pudo llegar a ser, pero también las vivencias que sin ninguna duda el poeta experimentó: «y fuimos poderosos / solo tú y yo, mi amor, / aprendiendo de ese antiguo rumor de los gorriones». En su marcha, va atravesando una serie de escenarios que tienen algo de territorios ruinosos: el olor de las afueras de la gran ciudad, una casa («al final del pasillo / quizás haya tan solo el final de un pasillo / pero también la edad, la estrategia, / el tiempo que sostiene, el aquelarre»). De pronto, «ya todo está en las cosas, / porque la vida fue instalando su ser en los objetos». Cuando el poeta se para a pensar, no desea más de lo que ya conoce: «de todos los futuros / posibles, que me deje / en el centro vital de mi pasado». Pero sabe que está abocado hacia un tiempo de renuncia que no quiere afrontar solo («acompañadme, amigos»). Al fin y al cabo, «así es la guerra: el tiempo / en que un hombre camina de la urgencia / a la supervivencia». Y no hay escapatoria. Ya los sueños no ayudan a volar: «mi sombra es tierra, condena necesaria la privación del aire, / barro para los pies, razón de siembra».

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