José Corredor-Matheos: Al borde

JOSÉ CORREDOR-MATHEOS
Al borde
Tusquets, Barcelona, 2022

«Estás al borde, al borde, / y no sabes de qué».

Camino de los 94 años, José Corredor-Matheos (Alcázar de San Juan, 1929) sigue plenamente activo, como lo prueba este poemario con algo de diario lírico. También permanece fiel a sus constantes poéticas desde que, en 1975, con Carta a Li Po, se desmarcó del realismo para practicar una escritura minimalista con tintes orientales, casi siempre rematada con un guiño entre nihilista y zen. Aunque coetáneo del 50, Corredor siempre fue por libre. Primero porque era un manchego arraigado en Cataluña, segundo porque su trabajo de enciclopedista lo situaba en una equidistancia rara, tercero porque vivía consagrado a la crítica de arte, otra disciplina de mal enjuague con la lírica. Quizá por eso el reconocimiento le llegó tarde, pero a tiempo: ganó el Nacional de Poesía (2005), galardones institucionales, recibió cruces, pertenencia a reales academias y nombramientos de hijo predilecto. Pero en los breves poemas sin título que lo caracterizan, el poeta se sigue hablando a sí mismo, se da instrucciones, se asombra con un toque naïf: «Este golpe de viento / te hace ver todo claro. / Ver claro, ¿qué? / Nada. / Ver claro nada». A veces da la sensación de que Corredor no sabe dónde ponerse, que unas veces está solo entre las sombras, como una sombra más, que sabe que la lluvia borrará lo que escribe, que se ha perdido y no lo van a encontrar. Pero a la vez le parece gozoso perderse, se conmina a seguir escribiendo «como si todo fuese / a quedar / escrito para siempre». Desde su desubicación recibe al otoño «con una sensación / de que la vida empieza / cuando acaba». Y aún constata que «es en este rumor, / no en el silencio, / donde puedes oír / la voz que anhelas». También que «todo está lejos si lo miras», pero cerca si lo sientes. Y se consagra a vivir como un pájaro, que no sabe que vive, pero canta. «Ser un perro los lunes / y los miércoles, / sólo un hombre los martes / y los jueves, / no ser nada los viernes, / y en sábado y domingo / ser, por ejemplo, un dios. / Un dios que no supiera / que lo es, / pero hubiera encontrado / el hueso que buscaba».

 

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