ÁNGELES MORA Soñar con bicicletas Tusquets, Barcelona, 2022 |
«Estremece el ayer, / muerde la madrugada, / alumbra el día».
En el poema que da título al libro, Ángeles Mora recuerda: «Yo, que no tuve bicicleta, / soñé con bicicletas / y lloré al despertar». Algo tienen de resumen cifrado estos versos de la poeta de Rute (Córdoba) cuyos poemas van haciendo un repaso de la vida, de su vida, desde la infancia hasta este presente que, solo con nombrarlo, está empezando a ser parte del ayer. En las dedicatorias finales, Mora nos aclara que algunos de los poemas están inspirados en vivencias ajenas, compartidas durante una conversación, pero el transcurrir del libro nos transmite la certeza de que asistimos a un diario personal. Será cosa del tono en el que están escritos, con descripciones a veces detalladas, con citas iniciales que remiten a un libro, a una canción. Es probable que ese tono empezara a conformarse en la niñez, cuando, por su condición de mujer, Mora aprendió a refugiarse en la discreción para ser ella misma: «así rodó mi vida / secreta, / como ruedan los libros, / los sueños, los cuadernos / manchados de palabras / robadas». La poeta insiste en reivindicar esta lucha que la hermana con todas las mujeres: «camina como si no fuera ella, / la que lleva su nombre, / la que cuenta sus años. / porque tal vez sea otra, / porque tal vez es necesario, / en el fondo, ser todas». Pero la mayor parte de los poemas juegan a evocar la niñez o vivencias más cercanas, o ausencias clavadas como la espinita machadiana: «el corazón no duele, / me dijo el médico. / Y desde entonces / no sé lo que me duele / cuando tanto me duele». La vida no para, y «recordar puede doler más que vivir», sobre todo desde una soledad que ha solidificado, que se ha convertido en desdoblamiento. De eso habla el poema «Compañías», uno de los mejores del libro junto con «Lugar común». Es tiempo de rumiar la última carta, que no debería haber llegado nunca, de pensar en la solemne visita, que solo viene una vez. «Sé que estás sola en esta noche / porque suena una música / que únicamente enciende / el tiempo que pasó. / Lo que no vuelve».
nosotros no hemos soñado aún con bicicletas por miedo al tortazo, pero habrá riesgos y lo intentamos..., felicidades por la publicación
ResponderEliminar