Javier Lostalé, La luz de lo perdido

JAVIER LOSTALÉ
La luz de lo perdido. Antología poética (1976-2020)
Edición y entrevista de Esther Peñas
Chamán Ediciones, Albacete, 2020
«Escribo porque me salva… (…) Escribo porque nunca fue más bello el engaño».
La voz de Javier Lostalé nos es tan familiar que sigue resonando en nosotros cuando leemos sus versos. Especialmente en La estación azul, que lleva el mismo nombre que el programa de radio, y que es un libro automático y humano. En ningún otro es Lostalé más Aleixandre y más él al mismo, en ningún otro es más, en el buen sentido de la palabra, bueno. Pero La luz de lo perdido es una antología meticulosa. Esther Peñas ha espigado lo mejor y lo más característico de este poeta, periodista y crítico literario, nacido en Madrid en 1942. Una breve entrevista final marca las pautas y asienta conclusiones que han podido intuirse durante la lectura. Sabemos así que Lostalé se reconoce en el surrealismo elaborado de Aleixandre, en el erotismo de Cernuda, más tarde en el esencialismo de Rilke, incluso en destellos de Claudio o de Brines. Desde sus primeros libros, nombra las emociones para exorcizarlas o preservarlas: «Todos vivimos con una lágrima dentro de la felicidad». Las guarda en los versos con el mimo de quien está decorando la casa interior: «la habitación entonces se doraba / con la telaraña del deseo / y ahogado todo se ahogaba / en el vapor de un nombre». El deseo y la soledad son los dos grandes temas, aunque van matizándose y, de alguna manera, también ensombreciéndose, en los últimos libros, en los que aparece «lo místico como deseo de vivir lo que no existe, de consumarse en lo que no existe». Aunque parezca perdida la esperanza, aunque el poeta se rindió desde muy joven al «misterio de no ser llamado», la misma poesía es la salvación, la escapatoria, donde ha aprendido de las nubes a consumarse en libertad de luz cambiante: «Misteriosa sigue siendo la vida, / aun cuando todo esté perdido». El mismo tono se mantiene en los tres poemas inéditos que adelanta del próximo libro: «la soledad sabe el secreto más hondo / de la lengua con que habla el silencio». La ausencia de lo vivido y de lo no vivido es el personaje unánime, permanente, de la poesía de Lostalé: «Los ausentes nunca cicatrizan dentro de nosotros. Existimos desde su herida».

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes expresar tu opinión sobre este artículo