ÁNGEL AGUILAR BAÑÓN Tanta luz sobre los árboles La Garúa, Barcelona, 2023 |
«Un túnel / y otra vez el sol, las nubes / los campos de amapolas».
Ángel Aguilar (Caudete, 1958) es un poeta reservado. Tiene cinco poemarios publicados, todos ellos en editoriales de poca o ninguna proyección. Él mismo ha preferido que los últimos tuvieran una apariencia circunstancial: Qué fea es mi hermana y Luisa son sus últimos títulos, que ni siquiera cita en la solapa del recién aparecido. Desde hace varias décadas cultiva el haiku y ha figurado en distintas antologías, algunas muy prestigiosas. No obstante, tampoco había publicado hasta la fecha un libro exento en este género tan particular. Ahora por fin aparece, de la mano de La Garúa, este Tanta luz sobre los árboles, que cabe en una mano y que sin embargo, al abrirlo, explota con la silenciosa explosión del haiku canónico, el que se ciñe a lo que captan los sentidos, sin aliñarlos con imágenes o metáforas mentales. Aguilar, que en sus poemas convencionales también tiende a la fusión con la naturaleza y a la celebración de la luz en el paisaje, ha encontrado en el haiku su instrumento propicio. Y siendo un libro que contempla lo que ocurre, es sin embargo un libro clamorosamente otoñal: «otro otoño / pisando hojas caídas / ¿cuántos más?». Aunque el poeta está atento a lo que ocurre, su atención se inclina a la decadencia: «cementerio / de tumba en tumba / el saltamontes». La visión más frecuente es la de las hojas caídas, unas veces porque caen de los álamos sobre su reflejo en el río, otras porque es fiesta y nadie las barre, e incluso caen sobre el bebé que está mamando, lo que introduce una luz repentina. No es el único. Las hojas del pino caído siguen verdes y hasta cuando «anochece / entra en la casa / una hoja seca», con algo de aparición misteriosa. Hay otros muchos temas en este volumen, grande en su pequeñez, que en algún momento se asoma al solsticio: «el vaho / ¿es de mi cuerpo o del río? / primer día de invierno». También hay mucha vida cotidiana en la que de pronto destella la sorpresa si uno está preparado para cazarla: «de madrugada / doblando calcetines / el sonido del frigo».
Excelente reseña, Arturo. Me interesa mucho seguirte. Lo leeré en cuanto vuelva a Albacete.
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