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FERNANDA GARCÍA LAO Autobiografía con objetos Kriller 71, Barcelona, 2022 |
«Respirar la muerte, contar hasta cien y que no venga». Fernanda
García Lao (Mendoza, Argentina, 1966) es una escritora multigénero. Quizá sea
su perfil teatral el más influyente en este libro que inspiró Walter Benjamin: «Cada
objeto es una enciclopedia de su dueño
». La
poeta le da la vuelta: «Cada cual
es una enciclopedia de sus objetos. // He aquí los míos». Y lo que sigue es una colección de objetos que han
significado algo en su vida. Cada uno de ellos le sugiere unas cuantas imágenes
que, como adelanta en la introducción, nunca proceden de la pura memoria, sino
de ese autoengaño que confundimos con la memoria. Como anota acertadamente María
Negroni, son como pequeñas cajas de música que al abrirlas liberan su melodía. Prosas
poéticas más en el aspecto sensorial que en el rítmico. Como todos los
poemarios que giran en torno a una idea, corre el riesgo de resultar
artificioso. De hecho, ciertas imágenes quedan oscurecidas porque desatan símbolos
demasiado personales. Pero, cuando da en la diana, enciende la chispa. Como cuando
remite a su infancia en la «Sillita
reposera de tela blanda»: «Cierto olor a baba, a tierra seca de patio.
Voces que no dicen, palabras antes de su sentido. Memoria personal vacía. El
ser, más grande que la conciencia». Cuando
habla de su viaje a España en «Pasaporte
recién sellado»: «Tu vida
empieza de nuevo en un 747. Elegiste el libro y la muñeca. La biblioteca y los
cuadros viajarán más lento, en la bodega de un barco. La infancia no viaja. Se
hace vieja, atrás». O en el enigmático «Dudas en cuanto a las categorías»: «Hoy lloraste por culpa de un fantasma. Era una
cara borrosa y veloz. Se te venía encima. ¿Un fantasma es una cosa o un ser? Lo
inmaterial se hace materia cuando se mueve. O cuando asusta. Lo escribiste en
un cuaderno que luego se perdió. ¿Lo perdido, es?». He recogido tres ejemplos; hay más. También otros hallazgos: «La gente bien mira mal». O referido a su parto: «La bebé no llora al salir, te mira fijamente. La que llora sos vos». El conjunto se lee con facilidad, envuelve, recompone una
vida con los fragmentos.
No aparece la reseña de Ana Garrido. Sigo tus entradas y cuando no se dejan ver se las echa de menos. Yo hago mi entrada cada día desde hace años y ya se ha convertido en una respiración. Si algún día se publicara algo mío esperaría merecer uno de tus comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo.