Alfonsina Storni: Decidle que he salido

ALFONSINA STORNI
Decidle que he salido
Impronta, Gijón, 2021

«Ah, un encargo: / si él llama nuevamente por teléfono, / le dices que no insista, que he salido».

Alfonsina Storni (1892-1938) es un buen ejemplo de cómo la leyenda termina deformando la verdadera historia y devorándola. Para la gran mayoría, Alfonsina es la protagonista de una canción que hemos oído muchas veces, sobre todo en la voz argentina de Mercedes Sosa: «¿Dónde vas Alfonsina, con tu soledad? / ¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar?...» Una zamba compuesta por el pianista Ariel Ramírez y el escritor Félix Luna que sugiere que la poeta se sumergió en las aguas del Mar de la Plata para morir de esta lenta y romántica manera. En realidad, enferma de cáncer y creyéndose desahuciada, optó por arrojarse desde la escollera de la playa de la Perla, siguiendo el ejemplo de suicidio que le había marcado su amigo Horacio Quiroga: «Nos hiere cada hora ―queda escrito―, / nos mata la final. / Unos minutos menos... ¿Quién te acusa?». Con buen criterio, José Luis García Martín rescata a la poeta Storni y nos indica que lo interesante viene a partir del libro Ocre (1925) porque como escritora tuvo que debatirse entre las servidumbres del modernismo y su enorme facilidad para componer sonetos, una habilidad que según García Martín y Manuel Machado termina convirtiéndose en vicio. Conviene dejarse llevar por la lectura. La selección lo permite con una variedad temática que va desde el expresionismo inicial hasta las piezas de una exaltación lunática que parece que heredada de su padre («porque mi alma es fantástica, viajera, / y la envuelve una nube de locura ligera...»). Entre medias, la soledad abrumadora de la gran Buenos Aires («en la ciudad erizada de dos millones de hombres, / no tengo un ser amado...». Aunque Storni emerge de sus vaivenes emocionales reivindicando su independencia y manifestando su deseo de mujer plenamente libre en poemas como «A un desconocido» o «Uno», y usando la ironía en otros como «Palabras a un habitante de Marte». Al final están también los poemas epitáficos, los que prendieron su leyenda, sobre todo «Voy a dormir». Pero Alfonsina Storni es mucho más que eso.

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