Mario Benedetti, Antología poética

MARIO BENEDETTI
Antología poética
Selección y prólogo de Joan Manuel Serrat
Alfaguara, Barcelona, 2020

«Mientras dude yo sé que estoy viviendo».

Joan Manuel Serrat tiene demostrado su buen ojo para la poesía además de ser él mismo un buen poeta. Nunca le agradeceremos bastante que musicara a Antonio Machado y a Miguel Hernández, y años después al uruguayo Mario Benedetti (Paso de los Toros, 1920- Montevideo, 2009). Nos los iluminó. Ahora publica su selección personal de Benedetti, un volumen de trescientas páginas, que sin embargo recoge una parte pequeña de lo que publicó el uruguayo. Ya el antólogo nos advierte que no ha sido exhaustivo. Porque Benedetti fue uno de esos poetas a los que perjudicó la facilidad. Uno de sus trabajos alimenticios había sido el de taquígrafo, y a veces uno tiene la sensación leyéndole de que recogió el flujo de todos sus pensamientos sin perdonar ni uno. Pero más que la facilidad para aflorar versos, lo que le perjudicaba era no seleccionarlos, echarlo todo al libro. Parece que los amigos se lo reprocharon y les contestó con un poema, «Otherness», donde se reivindica: «en consecuencia seguiré escribiendo / igual a mí o sea / de un modo obvio irónico terrestre / rutinario tristón desangelado». Su poesía incesante y directa, sin signos de puntuación para resultar más rápida, tenía su público, sobre todo en la faceta combativa, que por estos pagos llamábamos «poesía social». «El sur también existe», la canción que da nombre al disco de Serrat es elocuente muestra. El cantautor no espigó lo mejor del autor esta vez. Parece que Benedetti rehízo sobre la marcha algunas piezas para ajustarlas al formato de canción, y envueltas en música resultan pegadizas, pero leídas en silencio, cansan. Y no obstante, el uruguayo tiene los mismos buenos, y unos pocos magníficos poemas, que pueda tener el mejor de los poetas: seis, siete… Diez quizás. Pero camuflados en las enumeraciones y consideraciones. Joyas que rescatan la infancia, como «Abrigo», entrañables como «A ellos», homenajes como «Peregrinación a Machado», el goyesco «Tormenta», y aciertos con el exilio, rayan muy alto. Además, sus versos aforísticos contienen perlas: «la soledad es nuestra propiedad más privada».


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