Javier Bozalongo, Todos los libros son la misma tormenta

JAVIER BOZALONGO
Todas las lluvias son la misma tormenta
Libros del aire, Santander, 2018

«Cuando alguien duerme solo / sólo duerme / indefenso y desnudo frente al tiempo».
Todas las lluvias son la misma tormenta es el quinto poemario de Javier Bozalongo(Tarragona, 1961), que es un poeta tardío, al menos en la publicación. Su primer libro, Líquida nostalgia, vio la luz en 2001. Desde entonces ha mantenido una actividad creciente y no sólo como poeta, sino también como narrador y aforista, y sobre todocomo editor desde que en 2012 fundó la editorial Valparaíso, con sede en Granada pero con proyección en América. Con este poemario, el más reciente, ganó el premio Blas de Otero. En la primera parte el libro desgrana experiencias y meditaciones insatisfactorias sobre las relaciones amorosas: («Hay dos -imaginemos- que se aman. / Están acostumbrados a quererse / con el amor que sobra después de la oficina»). Aborda también, complementariamente, la soledad, con algún lance que recuerda a Zorrilla y su Tenorio: «De mis pasos futuros dará cuenta el olvido (…) De todo lo que fuimos / -tal vez solo un instante / con vocación de intensidad-/ son testigos ahora / unos cuantos relojes detenidos». El libro pivota en dos poemas centrales, Quién lo probó lo sabe e Infarto. De hecho, el segundo describe una experiencia epifánica: «No es un túnel ni un valle ni un abismo. / Es sólo miedo». A partir de ese momento, los poemas forman un álbum de viajes, donde no faltan anécdotas fronterizas que ayudan a hacer balance: «¿Lleva algo que no le pertenezca? // Por supuesto que sí, / conmigo va también lo ajeno, / lo visto, lo aprendido, lo soñado, / lo que espero vivir en mi destino / y aquello que se queda para siempre / en una habitación de hotel». Todas las lluvias son la misma tormenta ha salido en Libros del Aire, una editorial que se ha mudado a Santander y que ahora dirige el poeta Carlos Alcorta. Otra de esas editoriales que luchan desde la periferia por enriquecer el panorama de la poesía española promocionando autoras jóvenes como Silvia Prellezo o Tamara Andrés, y abriendo nuevas puertas a autoras experimentadas como Mariángeles Chavarría.