Circe Maia, Múltiples paseos a un lugar desconocido

CIRCE MAIA
Múltiples paseos a un lugar desconocido
Antología poética (1958-2014)
Selección y prefacio Jordi Doce
Editorial Pre-Textos, Valencia, 2018
«Y no escuchar los pájaros, sino estar en el golpe / de alas, en el vuelo / hacia el azul sombrío».
La uruguaya Circe Maia (Montevideo, 1932) ha sido una de las grandes sorpresas del año 2018. No era, ni mucho menos, una desconocida. De hecho en su país es académica, Premio Nacional de poesía y goza de un merecido prestigio. Ha sido una gran traductora y su propia obra ha sido vertida a otros idiomas. Sin embargo, para los lectores españoles menos avisados había permanecido en el segundo plano de las antologías compartidas. De pronto, han aparecido dos selecciones de su obra a la vez en dos editoriales punteras, Visor y Pre-textos. Su paisano Diego Techeira se encargó de la primera y Jordi Doce de la segunda. Me comenta Jordi que él entregó su trabajo en 2016 y añade en el prólogo que le encandilaron unos catorce poemas que le leyó hace veinte años precisamente en una antología compartida. Resume que la poesía de la uruguaya es un ejemplo de naturalidad, mesura expresiva y percepción lúcida. Filósofa de formación, Circe Maia ha vivido de impartir clases de esta asignatura en un centro de Enseñanza Media de Tacuarembó, aunque tuvo que ganarse la vida dando clases de idiomas en el tiempo en que la dictadura la tuvo depurada. Por su especialidad y su forma de enfrentarse a la realidad recuerda a veces a nuestro Antonio Cabrera: «Estás parado / en el centro del día transparente. / Estás vestido de una luz redonda. / El aire te sostiene». La mayoría de sus poemas se desarrollan a partir de una idea poética muy poderosa, desde la que abordan temas tan variados como un atardecer, una piedra o las tareas del ama de casa: «Trabajo en lo visible y lo cercano -y no lo creas fácil-. / No quisiera ir más lejos. Todo esto que palpo y veo / junto a mí, hora a hora, / es rebelde y resiste». Hasta los últimos libros (de los diez que ha manejado Doce) en los que se vuelve más descriptiva y a veces roza la abstracción, son numerosas las piezas en las que, como al compilador, consigue deslumbrarnos en «esta débil comarca / que el pensamiento cruza día a día: / casa, calle, ciudad».    

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