Mahmud Darwish: ¿Por qué has dejado solo el caballo?

MAHMUD DARWISH
¿Por qué has dejado solo el caballo? / Estado de sitio.
Edición bilingüe de Luz Gómez
Cátedra, Madrid, 2023

«Tenemos un único sueño: que el aire pase / como un amigo, difundiendo el olor del café árabe / por las colinas expuestas al verano y al forastero…».

La vida de Mahmud Darwish (1941-2008) quedó marcada a sus siete años cuando el ejército israelí arrasó Birwa, el pueblo donde había nacido, para levantar dos asentamientos judíos. Su familia, de labradores palestinos hasta entonces acomodados, tuvo que huir con lo puesto. Perdieron todo lo demás, incluida la certeza de pertenecer a un país. Incluido ese caballo al que alude el título de uno de los dos libros recogidos por Luz Gómez en esta edición bilingüe. ¿Por qué has dejado solo el caballo? (1997) reúne 33 poemas que fluyen mezclando elementos biográficos con la tradición y con la rabia de vivir en una permanente catástrofe (Nabka). A veces, emergen imágenes crudas que remiten a lo perdido («Tocó la llave como quien se palpa / un miembro, y se tranquilizó»); a la intemperie en la que siguen viviendo los palestinos («la tarde es mi montura»); a la esperanza, que nunca se pierde, aunque («ninguno de nuestros sueños despierta»). El segundo libro, Estado de sitio (2002), es más breve, más preciso y más reposado. «¿A quién hacemos mal?», se pregunta. «¿Hacemos mal / a un país? ¿No habrá de salpicarnos, siquiera una vez, la alegría?». Encontramos, desarrollada, la misma frustración, que no haya tiempo para el tiempo, que sea la mirilla del tanque la que calcule la distancia entre el ser y la nada, estar solos hasta la náusea («por única compañía las visitas del arco iris»). Naturalmente, Darwish convirtió sus 25 poemarios en un instrumento de resistencia, es decir de esperanza: «A la poesía: sitia tu sitio». En absoluto quiso que fuera un arma: «la paz es partir las espadas ante la belleza / natural, aceptar que el rocío mella el hierro». Podría haber sido solo un símbolo, pero la poesía de Darwish tiene valor propio, e independiente del fin legítimo de mantener vivo a su pueblo: «aquí de pie. Sentados aquí. Siempre aquí. / Eternamente aquí. Tenemos una sola meta: / estar».

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