Alfonso Brezmes: La vida en el aire

ALFONSO BREZMES
La vida en el aire
Renacimiento, Sevilla, 2023

«La vi pasar / entre dos parpadeos / del faro. // Era la vida, / es decir todo / lo que no puede verse».

A Alfonso Brezmes (Madrid, 1966) le gusta jugar con las contradicciones existenciales: «Tenemos por delante pocas horas, / no conocemos cuántas y es hermoso / que así sea». Como hacía en su anterior libro, Es tiempo (La Garúa, 2022) usa estas contradicciones para explicarse el mundo, y antes que nada explicarse a sí mismo: «Soy, aunque no sepa decirme / y ese es mi callado consuelo». Fiel a su estilo, no se busca tratando de afirmarse, sino negándose: «todo lo que tacho habla de mí / lo que digo me desdice». Se busca cuando no está: «aprendo de mi ausencia, / de cuando yo no estoy, / igual que el pájaro canta / por puro olvido de sí». Las fotografías le son muy útiles porque recogen un instante y lo mantienen vivo cuando ya no estamos, con lo que se adelantan a la pérdida: «la eternidad dura un segundo, / lo justo para estar en una foto / que otros mirarán un día». Las fotografías también nos remiten al pasado: «esa última foto que nos toman / hecha de todos los que fuimos». Consciente o inconscientemente, Brezmes usa mucho el eneasílabo que es un verso de cierta inestabilidad, para dar más énfasis a ese andar sobre la cuerda floja de las certezas, su tema favorito, patente en el título del libro y en la sugerente imagen de la portada. Y sin embargo, aunque mucho menos que en el libro anterior, valora la poesía como herramienta útil para atrapar esa realidad delicuescente: «Habrá que ponerse a escribir / y apuntalar de nuevo el mundo / antes de que todos despierten / y no tengan donde agarrarse». Una herramienta que otorga firmeza: «así mi oscuridad, como el olivo / que sigue en pie tras la descarga / e ilumina la noche tras el rayo». Al fin y al cabo, no considera que la fragilidad y la fugacidad del mundo sean factores negativos, sino que están ahí precisamente para potenciar nuestro disfrute: «si la belleza brilla es por su ausencia, / igual que las estrellas en la noche / nacen y arden, y explotan y se extinguen / solo para que las veamos».

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