Benjamín Prado: Paradero desconocido

BENJAMÍN PRADO
Paradero desconocido
Visor, Madrid, 2023

«Maldigo la codicia, alabo la ambición / y educo a mis poemas / lo mismo que a mis hijos: / para que lleguen lejos / y algún día / puedan cuidar de mí».

Con Paradero desconocido vuelve a la poesía Benjamín Prado (Las Rozas, 1961), un comunicador todoterreno, con vocación de ubicuo, que no daba a la imprenta un poemario exento desde que apareció en 2014 el octavo de los suyos, Ya no es tarde. Prado ha hecho del chispazo de ingenio, a menudo improvisado, su seña de identidad y este rasgo es común en todos los ámbitos que frecuenta, pero alcanza en la poesía más razón de ser por tratarse de un género en el que la intensidad resulta imprescindible. Desde los primeros versos busca con el lector una complicidad a lo Baudelaire, pero con guiño: «lo que voy a decirte que quede entre tú y yo: / no quiero que te escuche este poema». Añade la advertencia de que no se crea nada: «te recuerdo que somos dos seres inventados». En el resto del libro aprovecha este clima conversacional en el que el interlocutor puede seguir siendo el lector, sus hijos o el poeta mismo. El recurso le ayuda a colocar imágenes y sentencias, que a menudo brotan en catarata y estructuran el poema por acumulación de enumeraciones caóticas. Cuando la brillantez deja asomarse al hombre, se vislumbra un personaje descreído, fatalista, que empieza a entrever el final del camino: «Miradlo caminar / seguido por las nubes, / mirad qué similares son su sombra y él». Entre efectos y eslóganes, abundan aforismos suficientes para componer un libro aparte: «estar a salvo mata a los aventureros», «todo el que hace planes hace el mismo: ser otro», «sobrevivir consiste en alejarse de lo ya vivido». Hay dedicatorias a famosos, pero destacan un poema para Almudena Grandes («no había claudicado / pero ya se mentía») y otro para los odiadores. También alguno que parece concebido para que lo cante Sabina («En la vida real»). Canta a los vaivenes del amor de pareja y desliza consejos para entender y afrontar la jungla mediática: «y donde todos luchan por estar siempre al día / ya sólo hay dos opciones: la moda o el olvido».


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